

Por Fredy León
Llegan tarde a la lucha, pero por lo menos resulta preferible llegar tarde a no llegar nunca. Las izquierdas debe ser capaces de mirarse autocríticamente y reconocer que no pueden seguir deshojando margaritas y lanzando proclamas al viento. Es hora de la unidad, de asumir con responsabilidad que el pueblo lucha pero para vencer y no para enterrar a sus muertos.
Ojalá que esta trágica lección finalmente les obligue a esas izquierdas desconcertadas a reconocer el valor estratégico de la unidad política y social, que es fundamental construir una nueva mayoría política y social para transformar de verdad nuestra patria y construir una sociedad de bienestar material y espiritual para todos.
Unidos pueden triunfar; divididos los van a masacrar.
Es hora de actuar con mucha inteligencia, convicción y voluntad de lucha, fortalecer y avanzar hacia niveles superiores de organización y unidad y siempre mirar el horizonte, la verdadera fuerza de las izquierdas radica en el mito socialista.
Esta es una lucha entre dos proyectos estratégicos y las izquierdas deben aprender a construir un proyecto revolucionario de manera colectiva, debatiendo con pasión y defendiendo con razón la unidad.