Por Fredy León

Bienvenidos a la república bananera donde nuestra derecha bruta, achorada e ignorante (DBAI) está destruyendo los últimos vestigios que quedan de nuestra precaria institucionalidad democrática en el país para lograr finalmente vacar a un presidente debil, anodino, sin ideas ni convicciones. Lo que la DBAI busca es incendiar la maltrecha nave con la intención de pretender evitar que se hunda.

La Fiscal de la Nación ha metido a trompicones a un mastodonte a la tienda de cristal y ahí donde debía actuar apegada al derecho, mostrar alta profesionalidad y un escrupuloso respeto al debido proceso, ella ha preferido actuar como una vulgar chapucera y en base a «indicios y suposiciones», sin haber culminado la etapa investigatoria, sin pruebas fehacientes, sin juicio oral ni sentencia firme ha dado un paso peligroso para que la extrema derecha consiga su cometido de deshacerse de Pedro Castillo. ¿Qué va pasar si luego, en el juicio, se demuestra que los «indicios y suposiciones» esgrimidos por la Fiscal carecen de todo asidero? No es Castillo el que va salir perjudicado, es la institucionalidad de la Presidencia de la República que va quedar como un chiquero.

El triste espectáculo que vemos ratifica lo que muchos venimos afirmando, la constitución del 93 es un tremendo adefecio, un texto sin coherencia y que en situaciones extremas no permite encontrar soluciones democráticas dentro de ese marco constitucional porque deja abierto puertas y rendijas para interpretaciones laxas basadas más en motivaciones puramente politicas. Los constituyentes del 93 estuvieron más interesados en blindar el modelo económico neoliberal que en dotarnos de instituciones fuertes, sólidas y democráticas.

No es un secreto que la DBAI ha buscado, con mas torpeza que inteligencia, vacar a como de lugar al presidencial, y como han fracasado en juntar los famosos 86 votos en el congreso, han recurrido a una aberrante leguyelada y utilizado a la Fiscal para pretender dar el puntillazo final. El art. 99 que la DBAI esgrime no se puede entender si antes no se lee lo que indica el art. 117

Artículo 117° .- El Presidente de la República sólo puede ser acusado, durante su período, por traición a la patria; por impedir las elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales o municipales; por disolver el Congreso, salvo en los casos previstos en el artículo 134 de la Constitución, y por impedir su reunión o funcionamiento, o los del Jurado Nacional de Elecciones y otros organismos del sistema electoral.

Luego viene el art. 99 que lo enreda todo y deja abierto esa rendija donde las ambiciones de poder de los que perdieron las elecciones pretendan desconocer la voluntad popular.

Artículo 99° .- Corresponde a la Comisión Permanente acusar ante el Congreso: al Presidente de la República; a los representantes a Congreso; a los Ministros de Estado; a los miembros del Tribunal Constitucional; a los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura; a los vocales de la Corte Suprema; a los fiscales supremos; al Defensor del Pueblo y al Contralor General por infracción de la Constitución y por todo delito que cometan en el ejercicio de sus funciones y hasta cinco años después de que hayan cesado en éstas.

Si la constitución del 93 es parte del entuerto y la DBAI lo utiliza como una arma arrojadiza para vacar a un presidente destruyendo a un país, lo lógico y racional es ir a una Asamblea Constituyente donde se establezca con toda claridad ese principio fundamental que sustenta a toda democracia: lo que el pueblo puso con su voto solo el pueblo lo saca con su voto.