Por Fredy León
En medio de la indiferencia, inmovilismo e inacción absoluta que caracteriza a los remanentes de las dos organizaciones que se autodenominan comunistas, cuyas existencias se han reducido a luchar para intentar mantener sus enmohecidas siglas partidarias, desde el Cusco viene la noticia que el Comité Regional del Partido Comunista ha decidido convocar a una “conferencia ideológica y programática” para –según ellos- “construir un PC con iniciativa y vocación revolucionaria”, un partido que pueda “disputar ideológica y programática con el neoliberalismo.”
La idea no es nueva, lo que es nuevo es que esa iniciativa surja en el Cusco rojo, el último bastión que aún conserva el viejo PC.
Hace tiempo, hará unos 8 ó 9 años, cuando aún no nos habían expulsado del PC, propusimos a la dirección del Partido ir a un «congreso ideológico» para rearmar la utopía comunista, refundar el Partido y construir una nueva organización comunista sobre la base de la unidad ideológica, programática y orgánica del PC y Patria Roja.
La idea cayó en tierra árida.
La dirección del partido estaba ganada por una mentalidad conservadora, de sobrevivencia en la nada y de un pragmatismo ramplón, donde la simple idea de proponer un debate ideológico producía urticarias en ese organismo de dirección que convirtió al viejo PC en un cementerio de ideas.
Como no tuvieron la sensibilidad de entender la profundidad de la crisis del PC ni supieron captar el ritmo de los nuevos tiempos políticos que vivía el país, más pronto de lo imaginado la tosca rutina del tiempo saldó cuentas -¡y de qué manera!- con esa anodina dirigencia partidaria que se vió obligado a abandonar prematuramente su ciclo en medio de la soledad política y el fracaso absoluto.
Pero los que le sucedieron en la dirección del PC tampoco parecen entender que del hoyo no se sale cavando hacia abajo.
Sin ideas nuevas que ofrecer lo único que se les ha ocurrido, a los nuevos dirigentes del PC, es rebuscar en el baul de la nostalgia y repetir esas grandes ideas de los clásicos que han sido empequeñecidas con el estrepitoso derrumbre del denominado campo socialista y que en pleno siglo XXI son expuestas de un modo “instintivo, vago” que francamente no conducen a ninguna parte.
Ser revolucionario no es volver a repetir experiencias que han fracasado asi como ser original no significa recurrir a Cantinflas para explicar el mundo actual.
Los comunistas peruanos, si quieren realmente “disputar ideológica y programática con el neoliberalismo” lo primero que tienen que hacer es saldar cuentas con su propia práctica política. Y eso solo se puede lograr desde la teoria revolucionaria, es decir, tienen que someter todo lo actuado al fuego implacable de la crítica de la razón para que desde las cenizas del viejo PC reconstruir una nueva organización política revolucionaria que sea capaz de forjar ese “Perú nuevo en un mundo nuevo.”
Tienen que entender que la organización no es un fin en si mismo, que la teoría del comunismo no apareció como una estrella fulgurante en la mente brillante de Marx y Engels y que Mariátegui no se dedicó a repetir laconicamante las ideas expuestas por los clásicos del marxismo.
La grandeza del Amauta radica en su capacidad creadora, en el de haber sido un intelectual revolucionario que se sumergió en la profundidad de la realidad peruana para desde nuestras raíces dar vida al socialismo peruano como creación heroica.
La teoria comunista fue el resultado de todo un estudio y análisis de una realidad concreta. “Las proposiciones teóricas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los principios forjados o descubiertos por ningún redentor de la humanidad. Son todas expresión generalizada de las condiciones materiales de una lucha de clases real y vívida, de un movimiento histórico que se está desarrollando a la vista de todos.” (El Manifiesto Comunista)
La conferencia de los comunistas cusqueños, para que tenga cierta trascendencia histórica y no sea otra anécdota del momento, tiene que atreverse a responder con claridad si esa “expresión generalizada” –del que hablaban Marx y Engels- se mantiene vigente; si esas “condiciones materiales” no han cambiado en el tiempo y si ese “movimiento histórico” es un proceso inalterable que no ha sufrido ningún cambio.
Con el compromiso de desarrollar mi opinión con mas profundidad en un posterior artículo, me parece que tres deberían ser los temas que la conferencia ideológica y programática que los comunistas cusqueños deberían abordar:
– La visión del socialismo peruano en el siglo XXI
– La construcción del sujeto de la revolución
– El tipo de partido que se necesita
Pero por lo pronto bienvenido el debate y desearles a mis apreciados camaradas del Cusco Rojo “alas y buen viento.”