Por Fredy León
17 candidatos al gobierno regional, y un número similar de postulantes a la municipalidad del Cusco, no es necesariamente muestra de fortaleza democrática ni expresión de pluralismo político; sino todo lo contrario, es la manifestación de la precariedad democrática y crisis de representación política que vive la sociedad cusqueña.
Esta excesiva proliferación de candidatos va originar una caótica campaña electoral (se imaginan un debate con los 17 aspirantes) sin posibilidades de confrontar planes de gobierno (digo si es que lo tienen) ni demostrar si están capacitados para gobernar la región y la ciudad o si tienen un equipo técnico solvente para cumplir sus ofertas electorales. A falta de ideas las imágenes o las conductas folcklóricas de los candidatos van a copar los medios de comunicación.
Como resultado de esta masificación de ambiciones lo más probable es que habrá una dispersión de votos que restará legitimidad a los elegidos. Tendremos autoridades sin respaldo social para gobernar.
Pero aquí llueve sobre mojado. Una somera revisión de las listas que participan demuestra que las agrupaciones políticas han coptado a última hora a sus candidatos. Los que aspiran a gobernar no mantienen un vínculo orgánico con la agrupación política por la que postulan; estamos ante una peligrosa simbiosis entre oportunismo político y ambiciones personales que, como ya hemos visto en la gestión de Moscoso y Licuona, en algún momento van hacer crisis.
Y es que no ha existido por parte de las franquicias electorales el mínimo intento de pensar la problemática regional y municipal: ninguna de las agrupaciones políticas que participan en la contienda electoral hicieron el esfuerzo para elaborar, con algo de seriedad, sus propuestas y plasmarlos en un plan de gobierno.
Sin planes de gobierno ni equipo técnico que asuman la responsabilidad de su ejecución, la improvisación y los humores de los elegidos van a seguir llevando al caos a la ciudad. Una ciudad que por su historia y significado merecía algo más que la mediocridad de ideas que muestran los que hoy van en busca del voto ciudadano para administrar los presupuestos regional y municipal.