Destructores S.A.

Por Fredy León

No contento con las terribles desvastaciones que las catastrofes naturales están ocasonando en diversas partes del globo terráqueo, el inefable presidente de los Estados Unidos ha anunciado su intención de competir con las fuerzas telúricas de la naturaleza y ha dicho que está dispuesto a utilizar todos los medios disponibles para «destruir completamente» Corea del Norte.

 

Esa escalofriante amenaza de guerra total, lo ha hecho desde el cada vez mas devaluado podium de las Naciones Unidas, instancia mundial que se supone debería ser el último espacio reservado para preservar la paz mundial y el lugar privilegiado para que el azaroso lenguaje de la diplomacia reemplaze al temido tronar de los cañones.

 

Lo malo es que el imperio nunca ha entendido el valor de la diplomacia y su lenguaje siempre ha sido una mera prolongación de su poder militar.

 

Lo normal, en tiempos de calma chicha, era que en las Naciones Unidas se escuchen alegatos a favor de la paz, pero cuando vemos al presidente de la primera potencia mundial, exponer ardorosamente sus argumentos guerreristas para justificar el terrorífico ultimatum lanzado contra Corea del Norte y de paso repetir sus paranoicas amenazas intervencionistas contra Irán, Siria, Cuba y Venezuela, es por que algo está sucediendo en la escena mundial.

 

El caos reina en el mundo, la guerra se ha convertido en una rutina, los Estados Unidos han perdido el ritmo del tiempo y se está gestando un reacomodo de poderes regionales que están cuestionando la posición dominante que tiene la moneda norteamericana en la economía mundial. Si el dólar pierde su posición hegemónica, a los Estados Unidos solo le va quedar hacer una demostración de su poder militar para preservar su posición de potencia mundial.

 

Y en este caos que se avecina a pasos agigantados, así como a Donald Trump no le faltan pretextos para pasar al lenguaje de las armas, le sobran los medios para hacer realidad su amenaza.

 

Y es que los Estados Unidos cuentan con un potente arsenal militar capaz de borrar de la faz de la tierra a la República Democrática de Corea del Norte.

 

De eso no hay duda; de lo que si hay duda es de la capacidad de fuego con que cuentan los coreanos, por que si se confirman las aseveraciones que Corea del Norte ha logrado desarrollar su armamento nuclear, entonces estamos ante un conflicto nuclear donde no habrá triunfadores.

 

Trump puede destruir Corea del Norte, pero dudo que los Estados Unidos puedan evitar las terribles consecuencias de una guerra nuclear y tampoco las repercusiones políticas dado que China y Rusia ven con recelo las amenazas militares contra Corea del Norte. Ya no estamos en los tiempos de Hiroshima y Nagazaki, donde los Estados Unidos era la única potencia nuclear.

 

En una guerra nuclear todos perdemos, esa es una verdad de Perrogrullo, aunque a decir verdad, para los poderosos señores de la guera este clima pre bélico que vive el mundo, les está reportando enormes beneficios. Basta ver como ha crecido el negocio de armas en la última década. Según Amnistia Internacional la venta de armamentos ha movido la astronómica cifra de 100 000 millones de dólares. (https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/temas/armas/)

 

A los señores de la guerra la eventualidad de una conflaglación nuclear no creo que les quite el sueño, es su negocio. Lo que si les produce pesadilla, son las posibilidades que sus acciones en Wall Street pierdan su valor. Y es que cuando el poder de un misil pierde su utilidad práctica, el valor de las acciones de la industria militar se devaluan obstensiblemente. El precio de los misiles y las bombas se valoran más en tiempos de guerra.

 

La estabilidad y fortaleza de la economía norteamericana dependen cada vez mas del negocio de las armas. Y en este campo, Donald Trump, que se ha mostrado como un político mediocre y con grandes limitaciones intelectuales, ha demostrado poseer una habilidad singular para los negocios de guerra.

 

Desde su arribo a la Casa Blanca los gastos militares se han incrementado en casi 10% del presupuesto (54,000 millones de dólares), y en diversos puntos del mundo, se ha desatado una loca carrera armamentista.

 

Es en este campo donde se nota el verdadero talento de Donald Trump. Gracias precisamente a su discurso beligerante, que recuerda los tiempos mas álgidos de la guerra fría, ha reavivado la llama de los conflictos regionales.

 

Y justo en esas regiones donde la paz pende de un hilo, Donald Trump ha suscrito grandes contratos militares con Taiwan, Irak, Arabia Saudi, Qatar y recientemente con Corea del Sur, y ha logrado que los países miembros de la Otan se comprometan a incrementar sus gastos de defensa hasta un 2% del PBI.

 

Todo un presente en bandeja de oro para los mercaderes de la guerra.

 

Mientras por un lado, Donald Trump amenaza a medio mundo y juega irresponsablemente con la paz mundial; por otro lado, vemos como un selecto grupo de sus amigos hacen jugosos negocios de guerra. Y es que para el imperio, la guerra siempre ha sido un suculento negocio.

 

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"Nada de lo que es humano me es ajeno." Federico Engels
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