Por Fredy León
Donald Trump ha sumado la combinación perfecta de un gobierno reaccionario al mando de una personalidad controvertida que pone a temblar al mundo entero. Los miedos y temores que despierta en la mitad de los norteamericanos puede convertirse en una terrible pesadilla para el mundo. El inmenso arsenal de armas nucleares estarán bajo el control de Donald Trump. Una idea que aterroriza. La pesadilla de Hiroshima y Nagasaki vuelve a rondar como un fantasma sobre el mundo entero.
Trump defiende una política proteccionista de los sectores claves de la economía norteamericana con un peligroso discurso chouvinista de gran potencia basado en el inmenso poder militar desarrollado por los Estados Unidos y una visión reducida que niega los efectos desvastadores que viene ocasionando el cambio climático, como consecuencia de la acción depredadora del capitalismo que promueve el consumo desenfrenado, en un planeta que alberga a 7 mil millones de seres humanos y que el 2050 llegará a los 10 mil millones.
Lo primero puede llevar a generar una serie de conflictos comerciales, principalmente con China y los países miembros de la Unión Europea, con los cuales Estados Unidos tiene una serie de tratados de libre comercio. Las contradictorias declaraciones de Trump en materia de comercio mundial apuntan a que vamos entrar en un periodo de incertidumbre total y que puede desatar una guerra comercial, con Estados Unidos por un lado, y el resto del mundo al otro lado.
Por lo pronto, Trump ha generado un increible reacomodo de fuerzas a nivel mundial. Nunca antes nadie hubiese podido imaginar ver a los principales magnates mundiales aplaudiendo fervorosamente a un dirigente comunista. La presencia del presidente chino en el Foro de Davos, defendiendo el libre comercio, auguran un choque violento entre las dos principales potencias económicas, y donde no hay lugar para los espectadores.
Lo segundo puede convertirse en una terrible tentación para utilizar el poder militar con el objetivo de defender sus intereses económicos, imponer sus condiciones y mantener la hegemonía mundial de los Estados Unidos.
Mientras que Obama se ha peocupado en desarrollar una política agresiva contra Rusia, Trump nunca ha ocultado que su enemigo principal es China.
El peligro de Trump, a mi modo de ver, radica en que es un pintoresco personaje de la politica norteamericana que tiene un pensamiento y una forma de actuar que lo acerca mas a los primates que a la intelligencia norteamericana. La estupidez que demuestra no tendría ninguna importancia de no ser que desde hoy día, Donald Trump, ya no va jugar solo con el twetter y enviar sus atorrantes mensajes, sino va tener bajo su dedo el famoso botón rojo.
Trump ha llegado a la Casa Blanca en base a un discurso de los tiempos de la caverna. Su éxito es la suma de varios factores que van desde la ambición personal por llegar a la Casa Blanca, el uso de su inmensa fortuna para financiar su costosa campaña electoral, la decepción de amplios sectores sociales que apoyaron entusiastamente a Obama y las grandes limitaciones demostradas por Hillary Clinton.
Esta situación le ha permitido a Trump tener una posición privilegiada, ha logrado acumular en sus manos toda la capacidad de decisión. Nunca antes un Presidente de los Estados Unidos ha concentrado en su persona todo el poder, como lo ha hecho Trump.
Esto se ha visto reflejado en la nominación de las personas que integrarán su gabinete: todos hombres blancos, millonarios provenientes de Wall Street, sin vínculos partidarios, defensores de las ideas mas conservadoras en materia de derechos civiles y políticas ambientales, y con un solo requisito: lealtad total a Trump.
Y si esto fuero poco no olvidemos que las ideas de Trump sobre el cambio climático desafian toda la razón humana. No solo niega los efectos dramáticos que esto viene ocasionando, sino que ha puesto al frente de la importante Agencia de Protección Ambiental al multimillonario Scott Pruitt, conocido por ser un polémico aliado de la industria de las energías fósiles y un escéptico del cambio climático.
Trump inicia un gobierno con malos augurios. Esperemos que no termine convertido en una pesadilla.