Por Fredy León
Todo parece indicar que para una fracción de dirigentes de Tierra y Libertad (¿incluido Marco Arana?) el objetivo principal de su próximo congreso se reduce a un típico evento de ajuste de cuentas. Los problemas orgánicos que atraviesa Tierra y Libertad han agitado a la mala las pasiones al interior de esa importante organización política y calentado la cabeza de algunos de sus dirigentes, lo que ha ocasionado que el debate congresal haya sido conducido por caminos equivocados.
Sus principales documentos de discusión -el Informe Político y el Balance Político- parece que fueron redactados más con el hígado que con el cerebro. Mucha bilis y pocas neuronas. Un paso en la dirección equivocada que busca profundizar irresponsablemente las diferencias que existen al interior del FA y preparar el terreno para una aventura en solitario de TyL, que aprovechando su reconocimiento legal se muestra decidido a “lanzar una campaña que nos lleve a participar victoriosamente en las próximas elecciones regionales y municipales.” (Informe Político. pág. 6)
En los documentos de Tierra y Libertad sobran los adjetivos y epítetos; pero faltan las ideas, propuestas y visión de país. Hay un subjetivismo asfixiante que genera mucha confusión, un innecesario uso de un lenguaje hiriente plagado de resentimientos personales, que desnaturaliza el sentido del necesario y urgente debate político al interior del Frente Amplio; pero un debate visto y entendido como un ejercicio de la razón.
En Tierra y Libertad se ha impuesto lamentablemente una visión paranoica que cree que en el Frente Amplio existen fuerzas que están interesadas en “liquidarlos” como organización política, y en el extremo de la insensatez, aluden a una absurda lucha entre “una elite limeña contra las provincias.” (I.P, pág. 2)
En su Informe Político están más preocupado en marcar a fuego “a los opinólogos y Verolovers” (I.P. pág. 3), a los “rupturistas, desleales e infraternos” (I.P. pág 5) ex militantes de Tierra y Libertad, encabezados por Marisa Glave, Pedro Francke e Irma Flucker; que pensar en el país y explicar cuál es el proyecto político que defiende Tierra y Libertad y cuáles son los verdaderos temas de debate en el Frente Amplio.
Con esas conducta, los dirigentes de Tierra y Libertad no hacen sino confirmar que en la izquierda aún seguimos lejos de esa actitud que reclamara Mariátegui, cuando en su célebre polémica con Luis Alberto Sánchez, sostenía con mucha firmeza y convicción “Continuaré polemizando pero, como antes, más con las ideas que con las personas. La polémica es útil cuando se propone, verdaderamente, esclarecer las teorías y los hechos. Y cuando no se trae a ella sino ideas y móviles claros.”
En Tierra y Libertad no hay “ideas ni móviles claros”, sino un intento inexplicable de dispararse a los pies y destruir su capital político más importante: Haber sido una fuerza cohesionadora de las izquierdas.
Si tierra y Libertad llegó a convertirse en la principal organización de izquierda fue porque tuvo la inteligencia de cubrir el espacio electoral de la izquierda, y en algún modo, recogió las aspiraciones unitarias del pueblo, le dio una identidad propia a la izquierda, supo combinar una visión renovadora de la política con la defensa de los intereses de los sectores populares y puso al orden del día la agenda ambientalista.
Pero ese capital político ganado en buena lid lo están tirando al tacho de la basura. Arana, por algun motivo que no encuentro explicación, cree que él tiene el monopolio de la representación legal de la izquierda, y a la vieja usanza de la política criolla, se mete en los pantanos de la mentira al difundir una visión totalmente ajena a la realidad “La cc. Verónika Mendoza y sus aliados persisten en el error, de difundir, manipular y confundir que el FA va a inscribirse y para ello inician la recolección de firmas, eso no es verdad y hay que aclararlo de manera pública.” (I.P. pág 6)
Parece que los estertores de la derrota sufrida por Marco Arana en las elecciones internas frente a Verónika Mendoza siguen abiertos. Los camaradas de TyL, sin razón alguna, siguen aferrados a la peregrina idea que esa consulta, no fue del todo regular, pues dicen que Arana tuvo que reconocer el triunfo de Verónika “1) a pesar haber ganado en 21 de las 23 regiones donde se hizo elecciones, 2) que “por error” no fue contabilizado toda la votación de la región de Puno que favorecía al candidato de TyL y 3) la anulación de un controvertido proceso electoral en Pomalca (Balance Político, pág.5)
Si eso fuera cierto ¿cómo explican la baja votación obtenida por Marco Arana en Cajamarca donde a duras penas logró salir elegido como congresista?
Si esa visión oficialista se impone en el congreso, Tierra y Libertad estará involucionando a tiempos que pensamos superados. TyL se está transformando en la típica organización rígida y sectaria -que existió en el siglo pasado- y que hizo de la defensa de los pequeños espacios ganados su máximo objetivo. Una organización concebida únicamente para defender los intereses menudos de sus militantes.
Lo cierto es que con esas propuestas, Tierra y Libertad está renunciando a toda posibilidad de trabajar para construir una nueva mayoría política y social para ganar el gobierno el 2021, y en su caída pretenden arrastrar al resto de las fuerzas del Frente Amplio bajo una estrategia de derrota.
No otra cosa es el sentido de lo que afirman “Nuestro rol prioritario es buscar la unidad de las organizaciones en lucha y de cambio, no es unir a la izquierda, si en el proceso se suman las fuerzas de izquierda, está bien pero no son la prioridad ni deben quitarnos el sueño porque no es nuestra tarea.” (I.P. pág. 7, el subrayado es mio)
Esa es la propuesta de Tierra y Libertad que abre de manera irresponsable las puertas para la división del Frente Amplio y que su congreso deberá definir. Qué diferente al mensaje de saludo enviado al congreso de Tierra y Libertad por el economista ecuatoriano Alberto Acosta, y que el propio Marco Arana lo publica en su facebook: “No hay un camino para la unidad, la unidad es el camino.”