Por Fredy León
Parece un personaje sacado del sarcófago, con el pensamiento anquilosado, lleno de taras, complejos y prejuicios que debe ser el deleite de Alberto y Vladimiro, esos dos tristes personajes que gustaban del buen vestir y hasta utilizaban corbatas del mismo color, comprado en alguna exclusiva tienda londinense, a la par que tenían las manos y la conciencia sucia, como palo de gallinero.
Tubino cree que las miserias morales y la decadencia del pensamient…o se pueden disimular bajo el límpido traje, con un par de sacos y algunas corbatas relucientes, y que el congreso puede mejorar su alicaída imagen convirtiéndose en una pasarela con luces de neón, donde desfilen los representantes de la patria a la vieja usanza colonial, bañados en agua de azahares y vestidos con toga y corbata, aunque debajo de esa vestimenta se oculten las peores artimañas.
El buen Tubino es de esos rancios creyentes que viven gustosos en el mundo de la doble moral, apegados al espíritu de ese viejo dicho, «Dios perdona el pecado pero no el escándalo.»