
Ojalá podamos tener el coraje de estar solos
y la valentía de arriesgarnos a estar juntos
Eduardo Galeano
Por Fredy León
Tuviste el coraje de empezar sola esta hermosa aventura cuando el desánimo se apoderaba de muchos y daba la impresión que la resignación ante el regreso de la mafia fujimontesinista se extendía por la patria como algo inevitable.
Te atreviste a alzar la vista, mirar el horizonte, y sin dudar un instante o tal vez dudando todo el tiempo, decidiste asumir el enorme reto de enfrentarte sin vacilaciones a ese poder corrupto y despiadado de los que se creen dueños absolutos del país, y que ya festejaban por adelantado haber convertido las elecciones en un apéndice de Cade 2015.
Sabías en lo hondo de tu ser que el camino que elegiste estaba lleno de obstáculos y dificultades, que ibas a una batalla en condiciones totalmente desiguales, que al frente tenías a un adversario poderoso, deshonesto, inescrupuloso y dispuesto a todo para preservar sus privilegios y gollerías; pero mas pudo tu valentía, tu férrea voluntad de mujer aguerrida, tus profundas convicciones políticas, tu confianza en tu pueblo y el inmenso amor que profesas por tu patria.
Emprendiste tu peregrinar armada únicamente con tus ideales, con tu verbo encendido, tu mensaje de esperanza y esa enorme fe en tu pueblo que siempre te acompaña.
Te vimos recorrer incansablemente por calles y plazas, llevar tu mensaje a los rincones más recónditos de la patria, hacer un alto en el camino para conversar con la gente, escuchar sus vivencias y explicarles con paciencia de orfebre tus sueños de esa patria justa, solidaria y democrática por la que luchas. Descubrimos en ti una mujer sencilla, honesta, consecuente y valiente.
Te creciste ante las dificultades, demostraste tu valor en los momentos complicados, actuaste con grandeza frente a una derecha cainita y demostraste amplitud unitaria frente a una izquierda corroída por el sectarismo. Supiste enfrentar con altura a esos viejos espíritus pesimistas y derrotistas que deambulan sin sentido de historia por algunos locales partidarios de esa izquierda atrapada en sus errores y derrotas y que no entendió en su momento lo nuevo que surgía bajo el influjo de ese pujante movimiento juvenil que en las calles derrotó a la “ley pulpín”.
Aprendiste que el nuevo liderazgo se forja en la batalla política junto al pueblo, y que para que sea genuinamente nuevo, tiene que ser un liderazgo colectivo. Esa es la fuerza que alimenta a los hombres y mujeres llamados a hacer historia.
A diferencia de Alfonso Barrantes, ese querido y recordado dirigente de la izquierda que fue ungido líder por un movimiento social fuerte, poderoso que encontró en su liderazgo la unidad que buscaba; tú debiste construir desde abajo, desde las cenizas de la izquierda peruana, desde sus derrotas y fracasos, ese nuevo movimiento que hoy surge como el máximo referente político de la izquierda peruana.
Esa es tu grandeza Verónika. Tú no tuviste un movimiento que te proclamara como su líder nato. Tú debiste construir casi de la nada un nuevo movimiento político, social y de masas, y con el trabajo cotidiano, la lucha diaria, la claridad en las ideas, la convicción en las propuestas, con la firme decisión de hacer historia y con el concurso de ese puñado de jóvenes idealistas que te acompañaron desde tus inicios, supiste ganarte la responsabilidad de dirigir esta lucha por transformar la patria.
Es una responsabilidad grande. Los retos son enormes. No tienes derecho a equivocarte ni flaquear en el camino. Si ese tu andar lo empezaste sola, no olvides que hoy somos millones lo que seguimos tus pasos, los que confiamos en ti, los que creemos en ti, los que soñamos en una patria de justicia e igualdad.
Pero hoy te decimos gracias Verónika por habernos devuelto la esperanza, por habernos devuelto la ilusión de que podemos construir una patria nueva, por haber logrado movilizar las conciencias de millones de peruano y que saben que hoy si podemos derrotar a la derecha neoliberal.
Gracias por haber logrado cambiar el rostro político de nuestro país, pues pase lo que pase el domingo 10 de abril, la izquierda tiene un futuro y el país tiene una esperanza que se hará realidad mas temprano que tarde.
Sin prisa pero sin pausa, nuestro pueblo avanza hacia la victoria final.